En 2010, los científicos desenterraron un colgante de marfil de una cueva polaca abandonada. Perforado con patrones que recuerdan a los ciclos lunares y a las matemáticas, el origen del artefacto se les escapaba a los arqueólogos… hasta ahora. Un equipo internacional de investigadores acaba de declarar que la reliquia tiene 41.500 años de antigüedad.
Esto la convierte en la pieza de joyería ornamentada más antigua jamás encontrada en Eurasia, y un maravilloso recordatorio de que el mérito del arte es intemporal. Las imágenes y los detalles del descubrimiento fueron publicados el jueves en la revista Scientific Reports.
Pero más allá de su valor estético, este antiguo colgante también marca la primera prueba de la civilización post-Neanderthal en la región de Polonia, enriqueciendo así nuestros libros de texto con nuevos datos sobre el movimiento de las primeras poblaciones humanas.
“No se esperaba tener ninguna prueba de los primeros Homo sapiens en esta cueva, porque se consideraba más bien una cueva de neandertales”, dijo Sahra Talamo, autora principal del estudio. “Esto muestra el siguiente paso en la evolución”.
La historia del colgante comenzó hace 11 años, cuando los investigadores excavaron dos fragmentos del mismo en la cueva polaca de Stajnia. Cada pieza está hecha de hueso de mamut y tiene unos diseños únicos en forma de bucle grabados con una secuencia de puntos. Hay dos agujeros en el adorno, que presumiblemente se utilizaron para sujetar una especie de cuerda para hacer un collar.
“Cuando lo vi, me sorprendió”, dijo Talamo sobre su primer encuentro con el objeto.
La confusión vino de su ubicación en una capa estratigráfica de la cueva atribuida a los neandertales. Allí ya se habían descubierto herramientas de los ancestros humanos, e incluso sus dientes. Pero, según Talamo, era peculiar relacionar la joya con los primeros humanos, por los adornos de puntos. Este tipo de obras de arte son típicas de los Homo sapiens, que vivieron después de la época de los neandertales, y se cree que se dedicaron a tareas creativas más complicadas.
Los neandertales tenían sus propias joyas, pero no eran tan elaboradas como el nuevo colgante. Armado con un montón de preguntas, Talamo decidió investigar.
Talamo es un experto en el campo de la datación por radiocarbono, un método que usa un isótopo del carbono para determinar la edad del material orgánico. El colgante no se originó con los neandertales. Es probable que sólo haya migrado a una capa inferior de la cueva, aunque haya sido fabricado por generaciones posteriores del Paleolítico Superior Temprano.
Debido a su rareza, también plantea que estas reliquias probablemente no eran objetos comunes para los Homo sapiens. ¿Tal vez podría haber sido una especie de símbolo de estatus?
Curiosamente, los restos del colgante se encontraron junto a un antiguo punzón, o pequeña herramienta puntiaguda utilizada para perforar agujeros. ¿Coincidencia? Bueno, probablemente. El equipo se dio cuenta de que el punzón data de 500 años antes de la creación del colgante y, en cualquier caso, es probable que fuera demasiado “blando” para hacer las marcas puntuales en el hueso. Este hallazgo también es el resultado de la técnica de datación por radiocarbono de Talamo.
Desvelar el pasado preservando la historia
La datación por radiocarbono suele considerarse invasiva porque requiere romper una pieza física del objeto estudiado. Como dice Talamo, es un “método destructivo”.
Pero para el propósito de este estudio, inventó una nueva forma de datación por radiocarbono. Sólo se necesita un trozo minúsculo del artefacto para llegar a un resultado preciso, conservando casi todo el delicado arte, los dientes o las herramientas que se examinan.
“Intenté desarrollar este método porque quiero destruir lo menos posible”, dijo Talamo, pero “empezar a combinar este rompecabezas de la evolución humana con una pieza real”.
En el futuro, la novedosa técnica de Talamo podría emplearse con otros fósiles o artefactos. Espera aplicarla a las joyas antiguas encontradas en Francia y Alemania, por ejemplo, pero cree que podría ayudar a descifrar cualquier objeto valioso que merezca ser estudiado.
Una futura cola de objetos de este tipo podría incluir adornos similares, y luego pasar a figurillas y armas. Las posibilidades son infinitas, lo que Talamo espera que demuestre que la datación por radiocarbono puede ser realizada de forma cuidadosa por cualquier equipo en todo el mundo, un sentimiento especialmente importante, dice, porque la arqueología requiere una perspectiva grandiosa.
“Hay que tener un gran equipo con mentes diferentes, opiniones diferentes, disciplinas diferentes que trabajen juntas por el mismo objetivo”, subraya. “Esto hará más fuerte la prueba que vamos a aportar al mundo”.
[content-egg module=Youtube template=custom/simple]Lo más visto del mes en Ciencia
Laura Andrade
Laura Andrade es una periodista freelance especializada en la investigación de la electrónica de consumo, especialmente de smartphones, tabletas y ordenadores. Actualmente participa en varios proyectos en los que se ha encargado de escribir sobre lanzamientos de nuevos productos digitales, aplicaciones, sitios y servicios para publicaciones impresas o en línea. Está constantemente estudiando las últimas tecnologías para estar siempre al día.