La energía solar ha sido una pieza clave del repertorio de energía limpia de la humanidad. Extendemos masas de paneles que recogen la luz del sol en campos solares, y muchas personas alimentan sus hogares decorando sus tejados con estos rectángulos.
Pero esta maravillosa fuente de energía tiene una advertencia. Los paneles solares no pueden recoger energía por la noche. Para funcionar con la máxima eficiencia, necesitan la mayor cantidad de luz solar posible. Así que, para maximizar el rendimiento de estos captadores de sol, los investigadores están estudiando un plan para enviarlos a un lugar donde el sol nunca se pone: el espacio exterior.
En teoría, si se pusieran en órbita un montón de paneles solares, absorberían la energía del sol incluso en los días más nublados y las noches más oscuras, almacenando una enorme cantidad de esta. Si esa energía se transmitiera de forma inalámbrica a la Tierra, nuestro planeta podría respirar energía limpia y renovable las 24 horas del día.
Eso reduciría considerablemente nuestra huella de carbono.
“La verdadera virtud de la energía solar espacial es la capacidad de suministrar energía solar día y noche”.
Michael Kelzenberg, Instituto Tecnológico de California
Con el telón de fondo del empeoramiento de la crisis climática, el éxito de la energía solar espacial podría ser más importante que nunca. El estado del clima está en el centro de atención ahora que los líderes mundiales se reúnen en Glasgow (Escocia) para la cumbre COP26, que ha sido calificada como la “última oportunidad del mundo” para controlar la crisis.
Hoy, es más indispensable que nunca que los medios destaquen algunas estrategias futuristas destinadas a ayudar a los países a reducir las emisiones de carbono generadas por el hombre.
La tecnología de última generación, como la energía solar basada en el espacio, no puede resolver nuestros problemas climáticos -todavía tenemos que descarbonizar rápidamente nuestros sistemas energéticos-, pero la innovación verde podría ayudar a alcanzar los objetivos del Acuerdo de París: Limitar el calentamiento global a menos de 2 grados Celsius (3,6 grados Fahrenheit) para finales de siglo.
Un suministro ilimitado de energía renovable procedente del sol podría ayudarnos a conseguirlo.

De la ciencia ficción a la realidad
Durante décadas, la energía solar espacial ha vivido en la mente de los amantes de la ciencia ficción y de los científicos por igual.
A principios del siglo XX, el científico y matemático ruso Konstantin Tsiolkovsky no dejaba de producir diseños futuristas que imaginaban la tecnología humana más allá de la Tierra. A él se deben cosas como los ascensores espaciales, los cohetes dirigibles y, ya lo han adivinado, la energía solar espacial.
Desde que se inventó el primer “panel solar” de hormigón en los años 50 por Bell Labs, los científicos internacionales han trabajado para hacer realidad la fantasía de ciencia ficción de Tsiolkovsky. Entre ellos se encuentran investigadores japoneses, el ejército de Estados Unidos y un equipo del Instituto Tecnológico de California que encabeza el Proyecto de Energía Solar Espacial.
La energía solar espacial “se investigó mucho a finales de los años 60 y en los 70, en el apogeo del programa Apolo”, explica Michael Kelzenberg, investigador principal del proyecto.
Desafortunadamente, debido al peso y al volumen de los materiales, la tecnología de la época no era lo suficientemente avanzada como para lograr la hazaña de forma rentable. Habría sido excepcionalmente difícil enviar los clásicos paneles solares al espacio a través de un cohete sin arruinarse.
“El sello distintivo y definitorio del enfoque de Caltech es la reducción de la masa de los componentes entre 10 y 100 veces”, afirma Harry Atwater, investigador principal del proyecto. “Esto es esencial para reducir tanto los costes de fabricación como de lanzamiento para que la energía solar espacial sea económica”.

Un cielo lleno de paneles solares
En vez de emplear un cohete para transportar los paneles solares tradicionales al espacio, el equipo de Caltech aboga por un nuevo tipo de panel más ligero, compacto y plegable. Sugieren enviar a la órbita un gran número de estos minipaneles solares aéreos que se asemejan a baldosas.
Cada baldosa individual tiene todo lo que necesita, como la energía fotovoltaica, para cosechar energía solar. Cuando se conectan en el espacio, los minipaneles forman esencialmente una gigantesca mina de energía renovable que flota alrededor de la Tierra.
Aunque el equipo ha estado estudiando una serie de compuestos para crear la estructura ultraligera ideal, algunos son realmente menos eficaces en comparación con los paneles solares terrestres. Pero Kelzenberg señala que en el espacio, la “eficacia” adquiere un nuevo significado.
“El aumento de la eficacia viene realmente del hecho de que al ponerlos en el espacio, obtienen mucha luz solar intensa porque la luz solar no tiene que venir a través de la atmósfera”, dijo. “También reciben luz solar, básicamente, las 24 horas del día”.
Cuando el sol brillara sobre estos paneles, absorberían paquetes de energía de corriente continua, o DC. En el mecanismo del equipo, esa energía se traduciría en radiofrecuencias. El siguiente paso sería traer esa energía a la Tierra.
Esto ocurriría, según el equipo, a través de la radiación de microondas. La energía de radiofrecuencias sería emitida hacia nuestro planeta en zonas que recuerdan a los campos solares del desierto. Pero en lugar de los típicos paneles solares, estas regiones contendrían receptores con antenas que recogerían la energía recolectada.
Es básicamente una transferencia de energía inalámbrica, algo a lo que Nikola Tesla aludió a finales del siglo XIX.

Laura Andrade
Laura Andrade es una periodista freelance especializada en la investigación de la electrónica de consumo, especialmente de smartphones, tabletas y ordenadores. Actualmente participa en varios proyectos en los que se ha encargado de escribir sobre lanzamientos de nuevos productos digitales, aplicaciones, sitios y servicios para publicaciones impresas o en línea. Está constantemente estudiando las últimas tecnologías para estar siempre al día.