El ejército estadounidense ha manifestado su interés por los vuelos supersónicos comerciales concediendo hasta 60 millones de dólares a Boom Supersonic para sus esfuerzos de desarrollo de aviones de pasajeros.
La compañía, con sede en Colorado, ha anunciado que las Fuerzas Aéreas han concedido un contrato de tres años a Boom para acelerar la investigación y el desarrollo de su avión de pasajeros Overture. Por otro lado, esta semana, Boom seleccionó el aeropuerto internacional Piedmont Triad de Greensboro, en Carolina del Norte, como sede de su primera planta de fabricación a gran escala. Allí, Boom planea comenzar la producción en 2024, con el primer avión Overture programado para salir en 2025, volar en 2026 y transportar a sus primeros pasajeros en 2029.
Boom está diseñando el Overture para transportar entre 65 y 88 pasajeros a velocidades subsónicas sobre la tierra y supersónicas sobre el agua, más del doble de rápido que los aviones comerciales actuales. El avión está diseñado para funcionar con combustibles 100% “sostenibles”, y la empresa afirma que el vehículo tendrá cero emisiones de carbono desde el primer día.
Las Fuerzas Aéreas están interesadas en esta tecnología para los desplazamientos rápidos y la logística mundial, con aplicaciones potenciales como el transporte de ejecutivos, las operaciones especiales y el reconocimiento. Las Fuerzas Aéreas realizan esta inversión a través de su programa AFWERX, que pretende fomentar la innovación dentro del ejército y llevar las tecnologías comerciales a un estado operativo más rápido. La financiación de Boom, conocida como Aumento de la Financiación Estratégica (o STRATFI), representa una considerable apuesta por la aviación supersónica.
“Con STRATFI, podemos colaborar con las Fuerzas Aéreas en los requisitos y necesidades exclusivos de las misiones militares globales, lo que, en última instancia, permite a Boom satisfacer mejor las necesidades de las Fuerzas Aéreas en los casos en los que utiliza aviones de origen comercial”, mencionó el fundador y director general de Boom, Blake Scholl, en un comunicado de prensa. “Como posible plataforma futura para el Ejército del Aire, Overture ofrecería la valiosa ventaja del tiempo, una opción inigualable a nivel nacional e internacional”.
La financiación gubernamental también representa un oportuno voto de confianza para Boom, que se encuentra entre una serie de empresas emergentes que trabajan en el desarrollo de aviones supersónicos para el servicio comercial de pasajeros. El dinero podría ayudar a Boom a conseguir más capital privado para financiar completamente Overture, que requerirá una enorme inversión inicial. Boom calcula que necesitará entre 6.000 y 8.000 millones de dólares para desarrollar Overture.
A pesar de dos intentos de gran repercusión en el siglo pasado, el vuelo supersónico para el transporte aéreo comercial lleva muerto unas dos décadas. El avión supersónico soviético Tupolev sólo realizó unas pocas docenas de vuelos comerciales en 1977, y el Concorde, pilotado por British Airways y Air France a partir de 1976, se retiró en 2003 tras los problemas económicos agravados por un accidente mortal en 2000.
Ahora, con una combinación de nuevas tecnologías, capital privado y esfuerzos de la NASA y otros para estudiar formas de diluir el impacto de los estampidos sónicos sobre la tierra, se ha renovado el interés por los viajes comerciales supersónicos. En cambio, a los forasteros les cuesta ver más allá de las relaciones públicas y las representaciones para saber qué empresas podrían realmente poner en servicio una aeronave.
Es de suponer que las Fuerzas Aéreas de EE.UU. tienen un mejor acceso a los datos pertinentes, y ahora han hecho una apuesta considerable por Boom. A su vez, Boom está echando raíces de fabricación en un estado en el que las aeronaves a motor levantaron el vuelo por primera vez. Tal vez, después de todo, se haga realidad una nueva generación de viajes aéreos supersónicos comerciales.
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Jessica Ávila
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