Los automóviles, trenes y tranvías han moldeado muchas de las ciudades más relevantes de todo el viejo continente y otros continentes.
Actualmente, en Europa se busca emplear más lo que se denomina movilidad sostenible, ya que además de ser más beneficiosa para el planeta, será más económica.
La realidad de las ciudades del mundo
Gracias a la inmensa cantidad de avances tecnológicos, como sociedad hemos logrado reducir las distancias entre lugares. Sin embargo, en estos momentos nos encontramos atravesando una crisis energética que no puede obviarse.
Esto nos hace tener que darnos cuenta de que nuestros sistemas de transporte no son sostenibles y no son económicos. Además, afectan a la sociedad y al ambiente.
A esto, contribuye en gran medida la dependencia que la Unión Europea tiene en cuanto a combustibles fósiles se trata. En Europa, el transporte llega a consumir más del 60% de su petróleo, mientras que el transporte de carretera consume hasta un 48%.
Debido a ello, la COP27 ha hecho énfasis en la urgencia de emplear los compromisos climáticos de carácter internacional y, aquí, la movilidad urbana podrá hacer una contribución importante.
Esta contribución no sólo podrá hacerse mediante el cambio a energía limpia, sino a través de la disminución del consumo de energía como tal.
Los debates globales sobre la movilidad ecológica
Hay distintos debates abiertos en torno al modelo de ciudad y de movilidad ecológica urbana que se necesita.
Uno de los más relevantes, es la ciudad de +- 15 minutos, lo que se refiere a la trama urbana en la que gran parte de las necesidades diarias pueden hacerse con un trayecto caminando o usando una bicicleta desde los hogares.
Dicho modelo ha sido considerado como una manera de reconstrucción apropiada de las ciudades a raíz de la pandemia del 2020. Después de haber sido defendida por París, esta propuesta fue aceptada por distintas ciudades europeas, como Roma y Milán.
Aun así, hoy en día, gran parte de las urbes cuentan con barrios en áreas apartadas para vivir, trabajar y entretenerse. Como resultado, muchas personas deberán recorrer distancias largas para participar en eventos y actividades de la vida cotidiana.
El plan de acción de ciudad de 15 minutos, tiene como finalidad promover un desarrollo más denso y de uso variado en relación a los servicios de los transportes públicos y la peatonalización.
Asimismo, este concepto ofrece una visión de un estilo nuevo de vida urbana, que podría ser aceptado a gran escala, en especial debido a que las restricciones originadas en pandemia han hecho que los ciudadanos reorienten sus estilos de vida para volverse más locales, y así, redescubrir el vecindario que habitan.
La transición es posible
La transición es lograble, pero para hacerlo, hay que tener en cuenta que para pasar de un modelo de cero emisiones, la sostenibilidad económica debe comprenderse como dos lados de una sola moneda.
Una transición verde es la oportunidad para que el viejo continente fortalezca su competitividad mundial, para lograr posicionarse como un líder global. La movilidad será, en ese caso, uno de los principales catalizadores de un futuro crecimiento.
Seguidamente, una cifra increíble es que, de media, cada euro que se invierta en la movilidad ecológica podrá generar beneficios de hasta 3,06 euros para el año 2030.
Otro de los elementos fundamentales a tener en mente en este contexto, es la movilidad aérea urbana, la cual, gracias a un ritmo veloz con el que avanza la innovación, se espera que se convierta en un hecho en Europa alrededor de 3 a 5 años.
Se estima que la magnitud del mercado europeo de movilidad aérea ronde los 4.200 millones de euros para el año 2030, con una cuota global de más del 25%.
Ahora bien, a pesar de que es una oportunidad única para la mejoría económica y la creación de puestos de trabajo en Europa, también representa varios desafíos para aquellas ciudades en materia de regulación e infraestructura.
Los reguladores, urbanistas y la industria tendrán que incrementar sus labores de apoyo para garantizar que la UAM beneficie a la economía y a la forma de vivir de los ciudadanos.
Ahora es el momento indicado para dar el primer paso y darle forma al proyecto de movilidad sostenible, pero hará falta más unión en cuanto a naciones se trata.